Estudiantes reciben capacitación sobre la atención de accidentes radiológicos

Como parte de las actividades realizadas en el Congreso Estudiantil de la licenciatura en Seguridad Laboral, Protección Civil y Emergencias del Centro Universitario del Sur, se llevó a cabo la conferencia titulada “Accidentes radiológicos y las operaciones de atención a la emergencia”, impartida por la Dra. María Isabel Gamboa De Buen, Investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México.
 
Gamboa De Buen señaló durante su participación que en la naturaleza existen 92 elementos químicos y miles de isótopos creados por el hombre con un núcleo inestable, sin embargo cuando dichas partículas se estabilizan emiten radiación electromagnética “y de ellas nos tenemos que cuidar”, expuso la investigadora.
 
Aunque comentó que de manera natural los seres vivos reciben en promedio 3.53 miligreys al año provenientes de fuentes como los rayos cósmicos, alimentos con potasio y el propio carbono de la atmósfera. Sin embargo, otras fuentes de radiación son ciertos materiales de construcción, los viajes en avión, las radiografías y ciertos tratamientos médicos.
 
Los efectos que genera la exposición a estas fuentes son diversos, desde vómitos o nauseas, cataratas y quemaduras en la piel hasta consecuencias mayores como cáncer y efectos en los descendientes, principalmente genéticos.
 
Las emergencias radioactivas en México se presentan principalmente por el robo de partículas como el uranio, torio, iridio y cobalto. Y cuando eso ocurre es vital conocer de qué fuente o material radioactivo se trata, cuál es su actividad radioactiva y vida media, cuánta radiación electromagnética emite, entre otros factores.
 
La investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM comentó que en 1988 se publicó el Reglamento General de Seguridad Radiológica y la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias es la instancia gubernamental desde la que se dicta toda la política en la materia, y todas las instalaciones que manejen alguna fuente radioactiva están registradas ante dicha Comisión y cuentan con su plan de emergencia.
 
A pesar de esos lineamientos, recordó un caso ocurrido en Chihuahua en el que se robó una fuente radioactiva de cobalto 60 cuyos gránulos se mezclaron en la fabricación de varillas de acero para viviendas que desencadenó diversas acciones de limpieza por el gobierno mexicano y el estadounidense.
 
Por último señaló que el Organismo Internacional de Energía Atómica ha propuesto 7 niveles para medir los accidentes radioactivos, “conforme aumenta el número es más grave el accidente”.
 
Cabe señalar que en México existen dos centrales nucleares de generación eléctrica, la primera la de Laguna Verde, Veracruz y la segunda la del Instituto Nacional de Investigación Nuclear, ubicada en La Marquesa, Estado de México.
 
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Ciudad Guzmán, Jal., 27 de abril 2015