México jugará un rol fundamental en el cambio del sistema de producción de alimentos: FAO

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) cuenta con evidencia de al menos 30 países, de 193 miembros, que han elaborado, planificado, implementado, monitoreado y evaluado políticas nacionales de agroecología, y en el caso de México, de forma conjunta con el organismo internacional, auxilia a países como Guatemala, El Salvador y Honduras a desarrollar políticas públicas de fortalecimiento de la agricultura familiar y campesina, expuso Crispim Moreira, representante de la FAO en México.
 
“México va a cumplir un rol muy estratégico en América Latina para liderar un proceso de cambio en los sistemas de producción agroalimentarios. Tenemos muchas evidencias y América Latina y el Caribe necesitan la cooperación mexicana para pensar otro modo de hacer sistemas alimentarios”, agregó.
 
Moreira durante la conferencia “La FAO y su agenda hacia el buen vivir”, en el marco del seminario sobre el tema de la Cátedra en Estudios Regionales Guillermo de la Peña que albergó el Centro Universitario del Sur (CUSur) en colaboración con el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologia Social (CIESAS Occidente), dijo desde hace un lustro se ha convocado a investigadores, expertos, académicos y campesinos para definir una agenda en torno a la producción, distribución y consumo de alimentos a través de sistemas agroecológicos, inclusive, la FAO cuenta con una unidad técnica de agroecología. 
 
La FAO, comentó el representante de la oficina en México, trabaja tres acciones que impulsan el cambio hacia un sistema amigable de producción de alimentos, a partir de la agroecología como una política de estado y no una política periférica; la agroecología como política estratégica del sistema agroalimetario -considerando evidencias científicas, el diálogo de saberes (científicos e indígenas, campesinos) y la pequeña producción-; así como generar estrategias y políticas para conservación, recuperación de bosques y suelos degradados a través de sistemas de producción alternativa.
 
Durante la inauguración del Seminario, Guillermo De la Peña Topete, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologia Social (CIESAS Occidente) se refirió al propósito de la cátedra que lleva su nombre, que se centra en recuperar y promover el interés por los enfoques regionales en las ciencias sociales en esta época de insistencia en los procesos de globalización.  
 
Sobre el seminario que analiza el Buen vivir agregó este movimiento sobresale por la recuperación de los saberes indígenas, “las formas en que los pueblos indígenas de nuestra América han logrado desarrollar formas de vida que en muchos sentidos, no solo son tan buenas como las llamadas occidentales, sino que en muchos aspectos las superan”.
 
Mientras que el Director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, Alejandro Macías Macías, recordó que la Cátedra ha realizado seminarios en torno a los estudios regionales desde la perspectiva de la historia, sociología, arqueología, antropología y economía, y en esta ocasión sobre un tema muy relevante para la región y el planeta, relacionado con el deterioro del medio ambiente y la producción de alimentos.
 
“El buen vivir es una de las más importantes alternativas que se ofrecen al mundo, esta idea surgida de los países andinos y que ahora es radiado al resto de América Latina y en otras zonas del planeta, y tiene que ser discutida máxime en una región donde la agroindustria hoy emerge como la panacea pero también estamos viendo las graves consecuencias que en el mediano y largo plazo se pueden ver en esta región”.
 
Las actividades fueron inauguradas por el Secretario Académico del Centro Universitario del Sur, Humberto Palos Delgadillo, con la representación del Rector Ricardo Xicoténcatl García Cauzor. 
 
 
A t e n t a m e n t e
“Piensa y Trabaja”
Ciudad Guzmán, Jalisco, 17 de octubre de 2018