La dictadura del dramaturgo ha muerto

El dramaturgo mexicano Jorge Fábregas ofreció la conferencia “Fronteras entre la narrativa y el drama”, en el marco de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega en el Centro Universitario del Sur.
 
Ante estudiantes de la licenciatura en letras hispánicas, Fábregas argumentó que el teatro mexicano vive un momento de libertad creativa reflejo de cambios como el fortalecimiento de la figura del director, quien antes sólo se limitaba a poner en escena la obra del dramaturgo, sin modificaciones.
 
“En los cincuentas hubo un movimiento que se llamó poesía en voz alta. Entre sus promotores principales estaban Juan José Arreola, Octavio Paz y Héctor Mendoza. Era un teatro muy españolizado, rígido, en el que los actores tenían que llegar hasta la última fila gritando, no siendo naturales sino declamando. El objetivo de ese movimiento era trasladar la poesía a la escena, es decir: tenemos un poema, vamos a escenificarlo, vamos a hacer teatro con un aliento poético”.
 
Fábregas explicó que el rompimiento con la corriente de poesía en voz alta se dio cuando los directores comenzaron a poner en escena obras sobre temas actuales y a romper reglas clásicas como “dar la espalda al espectador o hablar con propiedad”.
 
“Hoy en día la idea es co-crear,  sumar –dramaturgo, director teatral y actores-. Que el texto dramático sea un elemento más en escena y que el mismo director no ilustre lo que uno –dramaturgo- ha escrito (…) Cuando se suman estos elementos aquello funciona muy bien y nos olvidamos del textocentrismo o de la dictadura del autor”.
 
El ganador del Premio Nacional de Dramaturgia 2008 celebró la nueva generación de jóvenes mexicanos escritores de teatro, pero señaló que Jalisco está rezagado: “Hay un boom de escritores de teatro muy jóvenes en México, de unos 10 años para acá. Es un fenómeno cuasi nacional pero aquí en Jalisco nos hemos tardado más, probablemente por la influencia que tenemos de los grandes narradores como Juan Rulfo o Juan José Arreola, pero también probablemente por el formato o la convención teatral”.
 
Fábregas invitó a los estudiantes de letras a escribir teatro como una forma para crear arte y para exteriorizar la vida que tienen hoy en día. “Cuando vayan al teatro no piensen que va a ser aburrido sino que va a ser una obra que les va a decir mucho de la vida que tienen hoy en día… Como todo arte, tenemos que ser vitales, sino tenemos el riesgo de perder público y lectores”.
 
Les recomendó que piensen en la escena, pero sin perder la meta de escribir buena literatura, y que tengan disposición a trabajar en colectivo con directores y actores.
 
“El dramaturgo debe de tener buen estómago, buenas relaciones públicas por aquellas veces en la que lo que ve en escena es terrible, pero tiene que entender que, si bien el teatro es efímero, la literatura no. (…) Esperemos el paso del tiempo y podemos salir ganando”.  
 
A T E N T A M E N T E
 "Piensa y Trabaja"
 
Ciudad Guzmán, Jal., 23 de septiembre 2016
 
Texto: Cristian Rodríguez Pinto